lunes, 18 de julio de 2011

5 puntos para alinear las T.I. con los negocios


Por: Raúl David Salomón García

Soy tecnólogo, yo confieso. Y esta imagen de Dilbert describe a los tecnólogos a la perfección muchas más veces de las que estoy dispuesto a admitir. Tenemos una formación curiosa, somos hiperactivos en cuanto a lo que se refiere a la obtención del conocimiento; estamos acostumbrados a abandonar herramientas que sirven por otras que apenas han salido al mercado y que están en fase Beta; buscamos siempre lo último, lo nuevo, lo reciente; todo lo anterior con la finalidad de probar, criticar, mejorar pero sobre todo para poder presumir de que ya nos hemos subido al barco emocionante de la novedad. Y dicho sea de paso, he de decir que muchos de los tecnólogos disfrutamos de los acertijos y de las soluciones complicadísimas que resuelven problemas demasiado pequeños para el resto de la gente.

Como tecnólogos eso está bien, es no solo emocionante sino necesario estar al día en cuanto a lo que se refiere a tecnologías, gadgets e investigaciones científicas que más temprano que tarde seguramente impactarán en el área de Tecnologías de Información; sin embargo, esta actitud nuestra de preferir el reto al resultado resulta incompatible con las expectativas de cualquier empresa u organización cuyo éxito se mide precisamente por los objetivos y metas alcanzadas y que son medidas normalmente en términos de utilidades económicas.

¿Qué hacer entonces cuando nuestra necesidad innata nos lleva a experimentar y en cambio las empresas necesitan utilizar algo ya experimentado y probado? ¿Cómo hacer para que nuestra labor como tecnólogos realmente ayude a lograr los objetivos de la empresa? ¿Qué hacer para que las empresas dejen de considerar al departamento de tecnologías como un gasto y empiecen a considerarlo una inversión?

Recomiendo cinco puntos clave para lograr una alineación entre tus habilidades y los objetivos de la empresa:

1. Haz tuyos los objetivos de la empresa para la que trabajas. Conoce cuáles son sus metas, cuáles son sus expectativas; por un momento deja de pensar como un tecnólogo y piensa como empresario; identifica no solo los elementos tecnológicos del problema sino también problemas de recursos humanos, de financiamiento, de mercado, etc. esto ayudará para que todos tus esfuerzos estén encaminados hacia el logro de los objetivos de la empresa para la que trabajas. Recuerda que el éxito de la empresa no se basa en Megabytes o Megahertz sino en dinero; en pocas palabras, no exijas que los objetivos de la empresa se rijan por la tecnología disponible, más bien, con la tecnología disponible ayuda a alcanzar los objetivos. Este tipo de actitud hace que además de solucionar problemas tecnológicos, seas capaz de resolver también complejos problemas gerenciales, con su correspondiente mejora en tu vida laboral.

2. Compara y selecciona herramientas. En caso de no desarrollar software hecho a medida, investiga cuidadosamente las diferentes herramientas que te permitirán alcanzar los objetivos de la empresa, de ser posible acércate a personas que hayan implementado con éxito algunas de las herramientas que planeas utilizar en las soluciones que propones para garantizar que la relación costo-beneficio es la adecuada.

3. No te desconcentres cuando aparezca algo nuevo. Una vez que hayas elegido la herramienta adecuada para la aplicación o para el desarrollo, se prudente al seguir investigando sobre novedades en el mismo campo; es preferible que te adaptes a nuevas versiones del mismo software que a software completamente diferente cuya implementación seguramente se logrará en el doble de tiempo por el desconocimiento de la herramienta. Al elegir una herramienta de hardware o software, capacítate para obtener sus máximas prestaciones.

4. No le temas a la contradicción. La empresa te ha contratado por tus conocimientos, hazlos valer cuando se trate de defender tu punto de vista como Tecnólogo pero trata de que sean los objetivos de la empresa los que guíen tus consejos en el área de Tecnologías de Información y no al revés. En contraparte, los empresarios frecuentemente opinarán sobre cosas de las que no conocen y no contradecirlos (constructivamente claro) puede llevar a retrasos importantes o peor aún, a la inviabilidad de los proyectos. En caso de que tus opiniones no sean tomadas en cuenta, trata al menos y sin exagerar, de explicar las consecuencias posibles de no seguir tus sugerencias.

5. No le temas al Outsourcing. Eres un consultor, como tecnólogo sabes que existen cosas que sencillamente son imposibles de alcanzar en determinados tiempos y con las herramientas de que se dispone en la empresa; no pienses que recomendar a una empresa externa para desarrollar el trabajo va a quitártelo, claro, siempre que esté bien justificada la búsqueda del Outsourcing. El outsourcing justificado y bien supervisado puede ahorrar grandes costos para la organización con los mismos beneficios mientras el departamento de Tecnologías se capacita en el uso, la administración y el mantenimiento de las herramientas implementadas. Insisto, si ayuda a lograr los objetivos de la empresa, una buena opinión es tan importante como un buen desarrollo.

Gracias por leer =)

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